Septiembre

21 DE SETIEMBRE: Día Mundial del Alzheimer

“NUNCA DEMASIADO TEMPRANO, NUNCA ES DEMASIADO TARDE”

¿Qué es el Deterioro Cognitivo y los Síndromes demenciales?

Caminar, leer, dialogar, finalizar las tareas, o adquirir nuevos conocimientos, son grandes ejemplos de actividades diarias que permiten a cada persona sentirse motivada en el quehacer del día. Lograr realizar todas estas acciones, pueden parecer algo fácil o automático, debido a que cada proceso se ha interiorizado como parte del aprendizaje dentro del ciclo vital, esto es posible gracias a la cognición.

De acuerdo con Benavides (2017), la cognición es el funcionamiento intelectual que nos permite interactuar con el medio en el que nos desenvolvemos. Para Rivas (2008), es el canal por el cual se adquiere, almacena, recupera y se usa el conocimiento. Ambas definiciones invitan a pensar, que el funcionamiento de la cognición sirve como experiencia para adquirir nueva información, desenvolverse de forma eficiente ante el medio o participar plenamente en sociedad. Sin embargo, ¿Qué sucede cuando esta capacidad intrínseca y funcional se ve obstaculizada?
Dentro de este escenario, también puede ocurrir todo lo contrario, mediante la perdida de la capacidad de atención, planificación de tareas y procedimientos, toma de decisiones, percepción del tiempo o del espacio. Ante este panorama, es posible conceptualizar al deterioro cognitivo.

En el margen de este proceso de deterioro, el cerebro, es la estructura protagonista, que puede experimentar cambios morfológicos, bioquímicos, metabólicos y circulatorios, llegando a afectar de manera progresiva la actividad de las funciones mentales, mediante alteraciones cognitivas que evitan su funcionamiento saludable. Borrás BC, Viña RJ. (2016).

DETERIORO COGNITIVO LEVE (DCL) - Nepsa Rehabilitación NeurológicaEl deterioro cognitivo, se divide en tres fases particulares, la cuales se caracterizan de la siguiente manera:

Deterioro cognitivo leve: Las personas presentan perdida de objetos con frecuencia, olvidos constantes de citas médicas u acontecimientos importantes, perdida de lenguaje semántico, perdida de interés por las tareas que antes se realizaba.

Deterioro cognitivo moderado: Se ubica como un estado intermedio entre el envejecimiento normal y la demencia, mediante el menor rendimiento de áreas como las funciones ejecutivas, la atención, el lenguaje, la memoria y habilidades visoespaciales. No obstante, es posible que mantenga preservadas habilidades de tipo funcional, que le permitan a la persona realizar con apoyos tareas básicas e instrumentales de la vida diaria.

Deterioro cognitivo severo: Es posible notar alteraciones en la conducta y el estado de ánimo, dificultad para mantener relaciones sociales, así como la perdida de procesos de la memoria como recuerdos a largo plazo, episódicos y autobiográficos. Durante esta etapa, es posible que la persona presente dependencia total en las actividades básicas e instrumentales de vida diaria.

Fundamentalmente, en relación con lo anterior, es posible caracterizar la evolución patológica progresiva, mediante la definición de síndrome demencial, el cual se especifica como un trastorno de la memoria y de la ideación, suficientemente grave como para afectar la vida diaria, asociado a otro trastorno de las funciones cognitivas (lenguaje, praxis, gnosis, funciones ejecutivas). El curso de la condición está presente en un plazo mayor a 6 meses. Paulin y Pasquier (2010).

A su vez es importante destacar, que los síndromes demenciales, se diferencian de acuerdo con sus tipos y características, entre ellos pueden identificarse los siguientes: Demencia tipo Alzheimer, Demencia Vascular, Demencia mixta, Demencia por cuerpos de Lewy, Demencia frontotemporal, Demencia Wernicke-Korsakoff, Demencia asociada al Parkinson, Demencia por enfermedad de Pick, entre otros.

En concordancia, para lograr un diagnóstico fiable, es necesaria la anamnesis completa, una valoración global de las funciones cognitivas, procesos atencionales y del lenguaje, la observación completa del estado tanto funcional como ocupacional y el aporte esencial de la imagen médica.

Así bien, el diagnostico de Síndrome demencial está relacionado a los siguientes factores de riesgo a mencionar:

      • Cambios estructurales cerebrales como la atrofia cerebral.
      • Aumento de enfermedades crónicas con riesgo de tipo vascular como hipertensión arterial, diabetes mellitus, hiperglicemia, eventos cerebro vasculares.
      • Consumo de tabaco y alcohol.
        Sedentarismo.
      • Deterioro social.
      • Diagnóstico de trastorno afectivo previo.
      • Traumatismo cráneo encefálico previo.

Si bien es cierto, que existen factores de riesgo para el desarrollo de una condición de demencia, también es posible trabajar en aquellos factores de tipo protector, que permiten mejorar la calidad de vida general y prolongar la esperanza de vida, de los cuales se pueden citar:

      • Tratamiento preventivo para enfermedades crónicas.
      • Estilo de vida activo y saludable.
      • Estimulación constante de habilidades cognitivas.
      • Alimentación balanceada.
      • Ejercicio físico frecuente.
      • Mantener el contacto social frecuente.
      • Estabilidad emocional y de estado de ánimo.
      • Entorno adecuado, mediante estímulos positivos, relaciones y afecto.

En conclusión, el diagnostico de deterioro cognitivo y síndrome demencial, es una realidad constante. La valoración preventiva y la aplicabilidad de los factores protectores, permite la reducción de componentes de riesgo y la detección tempana. El conocimiento y la actualización constante, permite valorar de forma particular sus características y trasformar estilos de vida cada vez más saludables.

Elaborado por:
Dra. Nancy Navarro Araya
Psicóloga especialista en neuropsicología clínica y Trastorno Cognitivo Mayor ASCATE.

Bibliografía:

Alexandra Benavides Caro (2017), Deterioro Cognitivo en el adulto mayor, Revista Mexicana Anestesiología, https://www.medigraphic.com/pdfs/rma/cma-2017/cma172f.pdf

Borrás BC, Viña RJ. (2016), Neurofisiología y envejecimiento. Concepto y bases fisiopatológicas del deterioro cognitivo. Rev Esp Geriatr Gerontol. 2016;51:3-6. https://medes.com/publication/114993

M. Paulin, F. Pasquier (2010), Síndrome demencial: diagnóstico y tratamiento, EMC – Tratado de Medicina, ISSN 1636-5410, https://doi.org/10.1016/S1636-5410(10)70500-6.

Luis Sequeira Rojas (2019), Deterioro cognitivo moderado y factores de riesgo, Revista clínica, Escuela de Medicina UCR, ISSN-2215 2741, www.medigraphic.com/pdfs/revcliescmed/ucr-2019/ucr195c.pdf

Rivas, M. (2008), Procesos cognitivos y aprendizaje significativo, Madrid, Subdirección General de Inspección Educativa de la Viceconsejería de Organización Educativa de la Comunidad de Madrid. https://www.madrid.org/bvirtual/BVCM001796.pdf

Abril

REFLEXIONEMOS EN LA SEMANA SANTA


A la Semana Santa se le llamaba en un principio “La Gran Semana”. Ahora se le llama Semana Santa o Semana Mayor y a sus días se les dice días santos. Esta semana comienza con el Domingo de Ramos y termina con el Domingo de Pascua.

Lo importante de este tiempo no es el recordar con tristeza lo que Cristo padeció, sino entender por qué murió y resucitó. Es celebrar y revivir su entrega a la muerte por amor a nosotros y el poder de su Resurrección, que es primicia de la nuestra.

La Semana Santa fue la última semana de Cristo en la tierra. Su Resurrección nos recuerda que los hombres fuimos creados para vivir eternamente junto a Dios.

Es una oportunidad para que todos los miembros de la familia reflexionen sobre los valores que lleva la SEMANA SANTA.




Desde ASCATE promovemos los valores que Jesús nos enseñó y los invitamos a reflexionar en esta SEMANA MAYOR.

 Humildad.
Jesús, aun siendo el hijo de Dios, entró de la forma más humilde en Jerusalén. A lomos de una borriquita y recibido sin grandes celebraciones.

El valor de la familia.
Muchas familias aprovechan este periodo para reencontrarse en días tan señalados como el Viernes Santo.

Valentía.
Jesús se sobrepuso a todos sus miedos y enfrentó su misión. Aunque fuera el mismo hijo de Dios, también era humano, pero no escapó ni reusó de sus responsabilidades.

Amor.
La muerte de Jesús fue un acto de amor ya que con este gesto salvó a la humanidad. Un gesto que invita a reflexionar sobre lo que supone este vínculo que une a otras personas.

Elaborado por:
Sra. Ana Lucia Calderón Hernández
Oficina de Atención Integral a la Persona Adulta Mayor
ASCATE

Enero

Importancia de la Actividad Física en el Envejecimiento Activo

La actividad física es una forma fácil, efectiva y segura de mantener o mejorar la salud y calidad de vida de las personas. Su gama de beneficios abarca más allá de la prevención y tratamiento de las enfermedades no transmisibles (enfermedades cardiovasculares, cáncer, enfermedades respiratorias crónicas o diabetes) y sus factores de riesgo.

Todos estos efectos positivos de la actividad física contribuyen en gran medida al éxito de lo que se conoce como envejecimiento activo. El término activo hace referencia a una participación continua en las cuestiones sociales, económicas, culturales, espirituales, cívicas, entre otras. Y no solo al aumento de los niveles de actividad física. Ahora bien, entre los factores de comportamiento y estilo de vida, la actividad física es el determinante más importante del envejecimiento activo.

Ciertamente, el ritmo de vida de las personas adultas mayores cambia y no pueden moverse con la misma rapidez y agilidad que antes. Sin embargo, eso no significa que no puedan moverse en absoluto. De hecho, lo más recomendable es que continúen realizando sus actividades cotidianas en la medida de lo posible.

El ejercicio físico en las personas mayores tiene múltiples ventajas, no sólo a nivel físico sino también mental y emocional.

Algunos de los beneficios físicos del ejercicio en las personas adultas mayores son:

    • Aumenta la fuerza muscular, conservando la independencia funcional de la persona adulta mayor.
    • Reduce la fatiga.
    • Mejora el equilibrio y coordinación reduciendo el riesgo de caídas y lesiones relacionadas.
    • Controla y previene algunas enfermedades como, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, diabetes, osteoporosis, entre otras.
    • Reduce los niveles de estrés y ansiedad.
    • Controla los niveles de presión arterial.
    • Evita la disminución de las capacidades cognitivas.

Beneficios emocionales del ejercicio:

Las investigaciones han demostrado que el ejercicio no solo es bueno para la salud física.

    • Reduce los niveles de estrés y ansiedad.
    • Evita la depresión.
    • Mejora el estado de ánimo, motivación y bienestar emocional general.
    • Aumenta el nivel de energía.
    • Ayuda a conciliar el sueño.

Fomentar y generar el hábito del ejercicio en el adulto mayor es fundamental para su salud tanto física como mental e incluso puede convertirse en una tarea para disfrutar en familia y acercarse más o para tener un tiempo de ocio con sus amigos.

Mantenerse activo es una forma de estar en el mundo, de derribar los estereotipos de la vejez, de dar sentido a la vida, de tener un propósito, de entrar en contacto con otros, de conservar la salud y de superar barreras.

Elaborado por:
Dra.Carolina Nicaise Chacón
Terapia Física y Rehabilitación
ASCATE