15 JUNIO: “Día Mundial de la Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez y Día Nacional contra el Abuso, Maltrato, Marginación y Negligencia contra las Personas Adultas Mayores".

Quizás nunca, en las últimas décadas, fue tan importante y necesario la toma de conciencia del abuso y maltrato en contra de las personas adultas mayores, tanto más que ahora, en vista del contexto mundial en cuanto a la pandemia por el Covid-19.

Una de las frases lema que se plantean el presente año es el de “Celebremos la vida, promoviendo el respeto a las personas adultas mayores”, frase lacónica pero contundente que resume en gran parte el objetivo y causa de la toma de conciencia el 15 de junio del presente año 2020, no por casualidad sino causalidad, pues en la medida que se ha indicado un cambio en el estilo de vida de cada una de las personas adultas mayores de Costa Rica, como medida preventiva de contagio de coronavirus, ello estaría provocando ciertas situaciones (y afecciones por ende) articuladas a la lógica del distanciamiento físico y la permanencia, ahora, más que antes, en la vivienda de cada una de ellas.

El acto de permanecer en casa provoca una intensificación de situaciones de violencia y abandono, lo cual, permite analizar la necesidad de nuevas estrategias de abordaje y prevención de la violencia, no sin antes tomar en cuenta el contexto trazado a nivel general debido al riesgo que representa el Covid-19 en la población adulta mayor.

Sin embargo, no puede menos que aceptarse que el confinamiento supone también un riesgo psicosocial, en sí mismo, para algunas personas adultas mayores que están inmersas en factores de riesgo, tales como insuficientes o nulas redes de apoyo, condición de pobreza o pobreza extrema, violencia, abandono, entre otros, sin olvidar, la no menos importante violencia de género en contra de muchas mujeres adultas mayores, tema este que admite un abordaje particular y un análisis estructural que no ignoramos y que forma parte de las intervenciones directas por parte de ASCATE en cuanto a lo que del tema de violencia y prevención del maltrato se refiere. Uno de los pilares fundamentales de abordaje y prevención es la psicoeducación, por tal motivo, es importante recalcar los posibles efectos del confinamiento, no en una dimensión particular o específica, sino en una visión más integral, que contemple a la persona adulta mayor como un ser bio-psico-social, tales como los que siguen a continuación:

Hay distintos tipos de reacciones de tipo emocional, entre otros, en las PAM durante o posiblemente después de la Pandemia, todos ellos pueden estar presentes también en situaciones de violencia y abandono, dentro de las cuales tenemos las siguientes:

a) Síndrome de estrés postraumático
b) Cuadros depresivos
c) Trastornos de ansiedad
d) Mayor deterioro físico y cognitivo
e) Disminución en nivel funcional
f) Crisis de angustia

Algunas recomendaciones para enfrentar el impacto emocional de la Pandemia y evitar dejar huellas graves emocionales:

    • Enfocarse a las soluciones.
    • Acordar pasos concretos.
    • Reforzar pautas de solución
    • Clarificar posibles dudas.
    • Establecer naturaleza del siguiente contacto.
    • Ser amable y firme.

Estar en constante comunicación con la familia y profesionales, haciendo uso de las herramientas tecnológicas, que son medios que han impactado favorablemente, ya que nos podemos comunicar de forma virtual, por video llamada, por WhatsApp, reuniones grupales, etc., y evitar el aislamiento y mantener una relación afectiva, sin salir de casa.

Es importante llamar la atención a que no todas las personas mayores, tienen acceso a un celular, una computadora, a una Tablet, a internet, principalmente las que se encuentran en hospitales (quizá en abandono por parte de su familia), privadas de libertad, indígenas o que viven en zonas rurales, lo que provoca aislamiento y con ello otros síntomas, considerándose también, como violación a los derechos humanos.

Estamos apenas en el comienzo, nos enfrentamos a grandes desafíos, entre los que se podría mencionar: retomar poco a poco y con prudencia, respetando las normas de higiene y prevención, el acompañamiento de las personas mayores, principalmente de las que viven solas, de riesgo, más vulnerables y que no cuentan con los recursos suficientes. Crear nuevas y reforzar las políticas públicas existentes, donde se visibilice a las personas adultas mayores.

Pensamos, y estamos conscientes de que considerar a las personas adultas mayores de una forma dinámica e integral, es poner de relieve y visibilizar sus derechos como personas, lo cual, a su vez, es prevenir y fomentar un mejor estilo de vida libre de violencia, que no vulnere su condición y su integridad.

Por ello, en este mes de junio, celebremos la vida juntos, no de cualquier manera, sino respetando los derechos y cuidándonos entre todos y todas.

Lic. Darío Leitón Hernández
Psicólogo ASCATE